domingo, 23 de febrero de 2014

Conocerse a Si Mismo

Sólo podemos dar lo que tenemos y lo que somos.
Observo en estos tiempos como las personas acuden a todo tipo de Eventos, Conferencias, Cursos, etc. tratando de traer Luz en su mundo, buscando sabiduría y despertar espiritual. Sin embargo, percibo que no hacemos lo que verdaderamente es esencial: re-encontrarse con “UNO MISMO”, ser la propia LUZ, este es el verdadero camino.

Para ello hay que borrar todos aquellos Registros, Creencias, Memorias que proceden de nuestro pasado y nos condicionan.
Curiosamente en estos momentos se está haciendo todo lo contrario, no dejan de traernos el pasado a nuestro presente, con lo cual somos susceptibles de ser manipulados a través de esas energías, puesto que cuando leemos o hablamos de algún hecho pasado esa energía se hace presente.


Cuando nos liberamos del pasado, borramos de nuestra memoria, los prejuicios y los pensamientos que nos mantienen presos de la Ignorancia, en las tinieblas, y no nos permiten conocernos a nosotros mismos.
Este proceso es importante porque los pensamientos son resultado de nuestra memoria ya sea consciente o inconsciente. Operamos a través de lo conocido, así que para atraer y experimentar lo nuevo y lo desconocido hay que dejar la mente libre llevándola ala Quietud y al Silencio, entonces es cuando desaparece todo pensamiento.
Es entonces cuando realmente nos sentimos en Libertad, sin sufrimiento ni nada que pueda alterar nuestro estado de felicidad.
Cuando vemos que las relaciones con los demás son como un espejo de cada uno de nosotros, bien haríamos en tratar de comprendernos y conocernos a nosotros mismos, nos evitaríamos mucho sufrimiento. Porque sólo podemos dar lo que tenemos y lo que somos. Si exteriormente aparentamos una cosa, pero en nuestro interior, que es lo “real”, es totalmente diferente, no somos capaces de integrarlo y tendremos problemas al relacionarnos con los demás. Nuestro “YO interior” nos pide una cosa y nuestro “YO exterior” nos pide otra, y esta no desarmonización nos produce sufrimiento.
Si estamos atentos a todo lo que sucede a nuestro alrededor, podemos observar con una mente en Libertad, sin Juzgar, ni Criticar. Simplemente observamos, no emitimos ningún tipo de juicio.

El miedo es un extremo de la cuerda y paraliza, pero en el otro está la flor de la vida, la energía que hace que todo se mueva y que todo esté unido, el amor.
No tenemos ideas preconcebidas, simplemente estamos en contacto con el aprendizaje. La vida es constante movimiento, con lo cual también lo es el aprendizaje, pero si emitimos juicios, nos perdemos una gran parte de esa visión y nos auto-limitamos tanto en lo externo como lo interno, lógicamente solo veríamos una parte de la verdad.
Está claro que si queremos conocernos debemos cambiar muchas cosas en nuestra vida, tanto a nivel externo como interno, pero ya sabemos que el ser humano es muy reacio al cambio y todo aquello que sea desconocido, pues ello supone lanzarse al “Vacío” ese gran desconocido. Ese lugar donde todo es posible, porque la única manera de evolucionar es la experiencia, volvernos sabios y conocer de primera mano cómo se producen las emociones y aprender a gestionarlas.
Pero ese otro supuesto enemigo del hombre que es el “Miedo” nos paraliza, nos deja en la ignorancia y sin experiencia. Podemos tener toda la información pero no entenderemos nada del proceso de nuestra vida. El miedo es un extremo de la cuerda y paraliza, pero en el otro está la flor de la vida, la energía que hace que todo se mueva y que todo esté unido, el amor. Con amor puedes avanzar y conseguir cualquier cosa que te propongas en la vida.

Cuando sacamos todo lo que no nos gusta de nuestra vida,  “ohhhh magia!” dejamos espacios vacíos para que entre lo “Nuevo”, empezamos a darnos cuenta que estamos vivos, que no ha pasado nada, solo que nos podemos permitir ser de nuevo felices, pues hemos desterrado de nuestras mentes viejos patrones, viejos condicionamientos, viejas creencias, nos damos cuenta que la suma de todo esto nos impedía ver el verdadero camino hacia nuestra felicidad.
Nuestro verdadero enemigo, el que no quiere que nos conozcamos es “EL EGO”, cuando desaparece, ya no hay nada ni nadie que nos impida CONOCERNOS A NOSOTROS MISMOS.
Fuente:  http://www.saberalternativo.es/
Autor:    MANUEL MUÑOZ

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