(Fuente:
Citizens for Safe Technology, Powerwatch, PubMed)
En la Resolución de Londres, corroborada por todos los científicos que
diseñaron el Informe BioInitiative, uno de los más extensos informes
donde se recopilaron más de mil estudios científicos independientes que
alertaban de los peligros de las radiaciones electromagnéticas, se recomendaba
unos niveles máximos de radiación de 0,1 microW/cm2 para exteriores y 0,01
para interiores, y aconsejaban bajar dichos niveles hasta los 0,001
microwatios/cm2 en exteriores y los 0,0001 en interiores para la correcta
protección de la población más vulnerable (electrosensibles, mujeres
embarazadas, niños, ancianos y enfermos).
Cientos de estudios muestran los efectos mas importantes biológicos de
la radiación proveniente de wifis y de teléfonos móviles.
Aumenta el riesgo de cáncer
Aumento del 200% en tumores del cerebro y neuromas acústicos para
aquellos que utilizan teléfonos móviles en el mismo lado de la cabeza durante
10 años (promedio 30 minutos por día).
Los niños que comienzan a utilizar un teléfono móvil antes de la edad de
20 años tienen 5 veces más probabilidades de desarollar cáncer cerebral.
La radiación del teléfono móvil rompe el ADN y conduce a cánceres de
genes y deformidades celulares.
Hay evidencia de que realmente estamos avanzando hacia una epidemia de
tumor cerebral.
Los expertos predicen un aumento del 2.000% en los tumores cerebrales de
los próximos 20 años.
Afecta a la fertilidad y el ADN
El uso del teléfono móvil disminuye el conteo de espermatozoides y la
movilidad de los mismos (la capacidad de los espermatozoides de encontrar su
camino hacia el óvulo).
Los experimentos muestran mayores tasas de malformaciones y mortalidad
en embriones de pollo expuestos a radiaciones electromagnéticas no ionizantes
como las derivadas del wifi.
Aumenta las reacciones alérgicas
Aumenta las reacciones alérgicas como el eccema, el asma y la fiebre del
heno.
Altera las hormonas y neurotransmisores
La exposición EMR cambia los niveles de las hormonas y los
neurotransmisores en el cerebro como la melatonina, serotonina, dopamina,
norepinefrina y acetilcolina. Los cambios en estas hormonas /neurotransmisores
están asociados con trastornos del sueño, síndrome de muerte súbita, déficit de
atención e hiperactividad (TDAH), síndrome de fatiga crónica, abortos
involuntarios, enfermedades cardíacas, cáncer, alzhéimer, parkinson, depresión,
tendencias suicidas, cambios de comportamiento y sensibilidad
química múltiple
(SQM).
Produce un aumento (inicial) de las hormonas del estrés suprarrenal
-adrenalina y cortisol- relacionado con la inquietud y la ansiedad.
Debilita el sistema inmunológico
La investigación ha demostrado que solo con llevar un dispositivo
inalámbrico cerca del cuerpo en el modo de espera ya se puede debilitar el
sistema inmunológico.
Disminuye los recuentos de las células necesarias para la defensa contra
patógenos y para la destrucción de células anormales (infectadas por virus y el
cáncer).
Cambia la función de las hormonas (T4/T8) -de normal a anormal- lo que
implica una mayor susceptibilidad a ser atacados por virus e infecciones
micóticas y bacterianas.
Puede dañar los riñones y la función cardíaca
En un estudio llevado a cabo por el Dr. George Sajin en el Instituto
Europeo de Investigación de Componentes Electrónicos, con sede en Bucarest,
muestra cómo varios donantes de sangre fueron expuestos a diversos grados de radiación
de microondas durante un período de entre 10 y 60 horas. Incluso a niveles
inferiores a los emitidos por los teléfonos móviles, las células de la sangre
perdieron hemoglobina, a unos niveles tan altos que se dedujeron posibles daños
al riñón y al corazón.
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